A veces me pongo a preparar un postre y me emociono tanto que olvido ir sacando las fotos. Así me pasó con esta tarta, que cuando me quise dar cuenta ya estaba la preparación en el molde. Aparte de eso, las fotos de esta receta tampoco tienen muy buena calidad y es que soy repostera-fotógrafa je,je, por eso en ocasiones, como esta vez, me salen borrosas o desenfocadas, en fin, nadie es perfecto ¿no?
Receta fácil y rápida de preparar (la víspera, eso sí), no ha quedado muy bonita pero su sabor lo compensa. Yo le puse el paquete entero de galletas y me quedó una base muy gruesa, porque además utilicé un molde pequeño. Ya os he corregido mi fallo en los ingredientes.
Seguimos aprendiendo.
Ingredientes:
- 3/4 de paquete de galletas Digestive
- 125 gr de mantequilla fundida
- 1 tarrina de queso cremoso, tipo Philadelphia
- 1 sobre de gelatina de limón en polvo
- 500 gr de nata para montar
- 6 cucharadas de azúcar
- mermelada de arándanos u otro sabor
Elaboración:
Triturar las galletas y mezclar con la mantequilla fundida hasta hacer una pasta.
Forrar con un disco de papel de hornear la base de un molde desmontable (eso nos va a facilitar mucho el desmoldado para pasar al plato donde serviremos) y poner sobre ese papel la mezcla de galletas y mantequilla, aplastando bien con los dedos o con una cuchara, procurando que quede bien nivelada la superficie (pero tampoco lo pongáis demasiado compacto que luego quede como una piedra y no se pueda cortar con el cuchillo). Meter al frigorífico para que endurezca.
Echar en un cazo la nata con la gelatina en polvo y el azúcar. Revolverlo bien y poner a calentar la preparación a fuego medio, sin que llegue nunca a hervir.
Cuando esté caliente y se haya disuelto todo bien, retirar del fuego sin dejar de revolver. En cuanto temple un poco, añadir el queso crema, integrarlo bien y verter la preparación en el molde sobre la base de galletas.
En cuanto enfríe un poco más, meterlo de nuevo al frigorífico hasta que cuaje. Yo lo hago de víspera, así endurece perfectamente.
Cuando haya cuajado, pasarle un cuchillo todo alrededor para desmoldar bien. Levantarlo de la base, despegar el papel de hornear, que saldrá sin ningún problema, y pasar al plato de servir.
Cubrir toda la superficie con la mermelada de arándanos. Yo, para poner la mermelada coloco de nuevo el aro del molde alrededor de la tarta y la cubro toda porque así no me salgo por los bordes y me queda en su sitio.
¡Y ya está lista nuestra tarta de queso fresquita y deliciosa!
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