Magdalenas

Tan socorridas para los desayunos y meriendas, las humildes magdalenas admiten tantas variaciones como imaginación se le quiera echar porque ¿quién no ha intentado hacer una receta de magdalenas alguna vez?, hay un montón de ellas, todas diferentes. Yo he probado unas cuantas entre las que se encuentra la que publico hoy, sacada del blog de María Dolores de Cuinant porque salen muy esponjosas y están muy ricas. A ver si os animáis a hacerlas y os salen bien.

Una aclaración, tened cuidado con la temperatura del horno, no os despistéis que a la mínima se queman por debajo. Como cada cual tiene que ajustar las recetas a su horno, yo tuve que variar la temperatura del mío respecto de la receta original porque casi se me queman.

Ingredientes:

- 2 huevos
- 175 gr de azúcar
- 60 ml de leche
- 190 ml de aceite de girasol
- 210 gr de harina
- 1/4 de sobre de Royal
- una pizca de sal, un poco de canela en polvo y ralladura de 1/2 limón

Elaboración:

Batir muy bien los huevos con el azúcar.

Mezclar la leche y el aceite y añadir poco a poco a los huevos, sin dejar de batir.

Añadir la harina, la levadura, la sal y la canela tamizadas y por último la ralladura de limón.

Mezclar todo con varillas hasta que quede una masa homogénea.

Dejar reposar la masa mínimo una hora en el frigorífico porque luego, con el cambio brusco de temperatura, al meterla al horno subirá mucho mejor.

Poner la masa en una bolsa de plástico, de las de congelación, cerrarla y luego cortar una esquinita para que sea más fácil rellenar los moldes. Yo utilicé una jarra de plástico que también vale.

Precalentar el horno a 210º.

           

Repartir la masa en moldes de papel y meter éstos dentro de otros moldes rígidos para que no se abran, sino no suben lo suficiente (yo utilicé moldes de aluminio porque no tenía las flaneras metálicas a mano, pero cualquiera vale).

Llenar sólo 3/4 del molde, espolvorear con azúcar por encima y hornear a 190º, calor abajo, de 10 a 15 minutos y cuidadito, en cuanto hayan subido, vigilad la temperatura para que no se os quemen.

¡Mirad qué esponjosas quedan!