La pasta filo, muy utilizada en la cocina árabe y griega, es sumamente delicada. Está formada por hojas muy finas, como de papel, que deben mantenerse en un envase herméticamente cerrado para evitar que puedan secarse y quebrarse con muchísima facilidad.
Su manipulación, por tanto, debe hacerse con rapidez, de ahí que mientras se prepara una receta, el resto de las hojas que están "en espera" deben mantenerse hidratadas poniéndolas sobre un paño de cocina mojado pero bien escurrido y tapándolas con él.
Se impregnan de mantequilla o aceite y de ese modo podemos doblarlas, moverlas, plegarlas, etc. sin problema, aunque siempre con mucha delicadeza, y al hornear quedan crujientes y con un color dorado muy atractivo. Los rellenos deben ser también lo más secos posible, de lo contrario, los líquidos que puedan soltar impedirían que la pasta se cocine en su base.
Se pueden preparar infinidad de recetas con ella, tanto saladas como dulces. Lo mismo para un aperitivo, una guarnición o un postre, la pasta filo siempre da ese aspecto de alta cocina.
Yo la compré en un supermercado, está junto con las demás masas frescas. El paquete trae sobre diez hojas que permiten hacer distintas preparaciones. Yo hice este postre, pero también la voy a utilizar para preparar otros platos de cocina porque da mucho juego, sobre todo ahora que se acercan las fiestas y las mesas se visten de gala.
Os animo a que probéis a conocerla, si no lo habéis hecho ya.
Ingredientes para 8
saquitos:
-
4
hojas de pasta filo
-
una
manzana mediana
-
3
castañas en almíbar o cocidas
-
Canela
en polvo
- Mantequilla
fundida (50 gr)
Preparación:
Humedecer
un paño de cocina y bien escurrido colocarlo sobre la encimera.
Sobre
una mitad del paño colocar las hojas de pasta filo. Doblar la otra mitad del paño sobre las hojas para mantenerlas
hidratadas.
Preparar
el relleno pelando y limpiando de semillas la manzana, partiéndola en trozos
pequeñitos y trocear igualmente las castañas. Mezclar todo y espolvorear con
canela la mezcla.
Cortar
la masa filo en cuadrados iguales.
Pincelar
uno de los cuadrados con mantequilla fundida
Colocar
sobre él otro cuadrado de pasta, girándolo un poco de modo que juntos formen como una estrella con varias
puntas. Pincelar con mantequilla este segundo cuadrado.
Poner
en el centro un poco de la mezcla de relleno.
Unir
las puntas de los cuadrados, formando un saquito y atarlos. (Se pueden atar con
tiras finas de puerro o cebollino si es para un plato o simplemente con hilo o
cordel de cocina si es para un postre). Luego se puede retirar porque ya no se deshace.
Meter
al horno a 200º unos siete minutos o hasta que se vea que están doraditos.