Tarta de queso con salsa de fresas

Me pasa muchas veces que me apetecería tener una tarta de queso fría o una mousse con gelatina o un flan para el postre pero, si no me lo he pensado con antelación, no hay tiempo de que cuaje en unos casos o enfríe lo suficiente en otros, y me tengo que quedar con las ganas, porque la repostería es uno solo de mis muchos hobbies y a veces la cabeza no está en todo a tiempo.

Así que he aquí que esta maravillosa tarta de queso ha venido a solucionarme parte del problema porque es super super fácil, no lleva galleta en la base y sólo hay que batir y hornear. De hecho ni saqué fotos del paso a paso porque cuando me quise enterar ya la tenía en el molde. Luego se deja enfriar un rato y está lista para presentar y comer.

Fijaos en el corte, está perfectamente cuajada y la hice en la misma mañana. Además está buenísima.

Ale, que ya no hay excusa para no tener una tarta de queso fría en tres o cuatro horas.

Ingredientes:

350 gr de queso  Philadelphia

350 gr de queso mascarpone

1 bote mediano de leche condensada (370 gr)

500 ml de nata para montar

4 huevos

Ralladura de 1 limón

Salsa de fresas:

250 gr de fresas

2 cucharadas de azúcar

1 chorrito de limón

Preparación:

Batir los huevos con el queso hasta hacer una masa bien integrada.

Añadir la leche condensada, la nata y la ralladura de limón.

Forrar la base de un molde desmoldable con papel vegetal y engrasar las paredes del molde con spray o con mantequilla.

Echar la masa en el molde y llevar al horno precalentado a 180º.

Dejar cocer hasta que al pinchar con un palillo salga casi seco. Luego, al enfriar se secará más.

Entreabrir la puerta del horno y dejar que vaya perdiendo calor, cuando esté templada la tarta, sacarla del horno y dejarla enfriar a temperatura ambiente. Luego meter en la nevera.

Para adornar, hacer una salsa de fresas poniéndolas lavadas y troceadas en un cazo al fuego con dos cucharadas de azúcar y un chorrito de limón. Dejar cocer a fuego bajo para que se vayan deshaciendo y cuando espesen un poco retirar la salsa y  rociar toda la tarta con ella.

Adornar con fresas frescas o a vuestro gusto. ¡A ver quién se resiste a darle un bocado!