martes, 2 de febrero de 2016

Tarta San Marcos






Uno de los clásicos de la repostería que tenía en mi lista de espera.

De casualidad el pasado fin de semana vi una fotografía de esta tarta y se me ocurrió que podía intentarla así que me puse manos a la obra. El bizcocho lo hice siguiendo la receta de la revista Lecturas Postres (compilación nº 2, pág. 60) y el resto lo hice por la receta publicada en el blog Webos Fritos.

Hay que decir que esta tarta no es para principiantes porque en su elaboración intervienen varias técnicas y hay que tener un poco de práctica para que el resultado sea cuando menos aceptable.

Yo me encontré con varios obstáculos: el primero, el tiempo que lleva terminarla, así que mi consejo es que el bizcocho debe hacerse la noche anterior, así habréis adelantado ya una buena parte del trabajo; el segundo: dominar la técnica de empapar con almíbar el bizcocho porque si te pasas, al cortarlo se desmorona y queda feo y si te quedas corto, resulta seco al comerlo, no es tan fácil encontrar el punto justo; y tercero: la necesidad de un buen soplete de repostero profesional (ya estoy pensando en hacerme con uno), porque con el que tengo, que es pequeño, lleva mucho tiempo quemar toda la superficie (y eso que conté con la inestimable ayuda de mi hija para hacerlo) y con el otro quemador que tengo, el resultado sería distinto al que yo quería para esta tarta. 

De todas formas, aunque a mí el bizcocho me quedó más seco de lo que pretendía, porque no quise pasarme con el almíbar, ahí tenéis el resultado, una sabrosa tarta con una presentación muy atractiva.






Ingredientes para el bizcocho:

-          4 huevos
-          250 gr de azúcar glass
-          200 gr de harina
-          110 ml de nata para montar
-          ¼ sobre de Royal
-          70 gr de mantequilla derretida
-          Pizca de sal

Ingredientes para el relleno:

-          750 ml de nata para montar
-          200 gr de azúcar
-          2 cucharadas de cacao en polvo VALOR

Ingredientes para el almíbar:

-          100 gr de azúcar glass
-          1 vaso de agua
-          ½ vaso de brandy

Ingredientes para la yema:

-          150 gr de azúcar
-          4 yemas de huevo
-          50 ml de agua
-          1 cucharada de Maizena

Preparación:

BIZCOCHO:
Mezclar en un cuenco los huevos, el azúcar, la nata y la sal; añadir la harina y la levadura tamizadas y finalmente la mantequilla; echar la preparación en un molde desmontable, cubriendo la base con papel vegetal y hornear a 160º hasta que al pincharlo con un palillo éste salga seco.




ALMÍBAR:
Poner en un cazo al fuego el agua y el azúcar. Cuando hierva añadir el brandy y dejar hervir cuatro o cinco minutos. Apagar el fuego y dejar enfriar.

RELLENO:
Montar la nata con el azúcar. Cuando esté bien firme retirar unos 200 gr y dejar aparte para la decoración. El resto, dividirlo en dos partes y a una de ellas añadir el cacao y mezclar bien. Reservar los tres grupos de nata en la nevera.


COBERTURA DE YEMA:
Hacer un almíbar con el agua y el azúcar. Dejar hervir cinco minutos y retirar del fuego. Dejar enfriar. Mezclar las yemas con la Maizena y remover bien con varillas. Poner otra vez el cazo al fuego e ir añadiendo las yemas en hilo sin dejar de remover con las varillas. Seguir removiendo hasta que la mezcla espese bien. Retirar el cazo del fuego y meterlo dentro de un recipiente mayor, con agua fría, para que la mezcla enfríe más rápido. Seguir removiendo un rato.






MONTAJE DE LA TARTA:

Cortar el bizcocho con una lira o un cuchillo en tres trozos



Colocar en el plato donde vayamos a servirlo, unas tiras de papel aluminio de manera que al colocar las planchas de bizcocho encima y rellenarlas no manchemos el plato de presentación.




Colocar la primera plancha de bizcocho y emborracharlo con el almíbar (sin pasarse).
Rellenar esta capa con nata montada.



Colocar la segunda plancha de bizcocho y emborracharlo también con el almíbar.
Poner sobre él una capa de nata con cacao



Colocar encima el tercer y último disco de bizcocho y bañarlo con almíbar.



Cubrir esa última capa con la yema, que estará espesa, removiéndola un rato para que se vuelva más manejable,  y espolvorear sobre ella azúcar que seguidamente quemaremos con un soplete.






Alisar los laterales con una espátula, retirar el papel aluminio y decorar con el resto de la nata ayudándonos de una manga pastelera y una boquilla grande en forma de flor. Meter en la nevera hasta el momento de servir.








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