Este bizcocho es ideal para comer solo acompañando un café, una infusión o un chocolate. Es jugoso y muy agradable al paladar. También se puede glasear pero servido tal cual sale del horno, sin más añadiduras, está más que bueno.
Ingredientes:
- 3 huevos
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1 yogur griego
-
2 medidas del yogur de azúcar
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3 medidas de yogur de harina
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1 medida de yogur de aceite de girasol
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Ralladura de 1 limón
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1 sobre de Royal
Preparación:
Precalentar el horno a 180º
Montar las claras a punto de nieve fuerte con un poco de sal.
Mezclar las yemas de huevo con el azúcar
añadiendo éste por partes, poco a poco, mezclando muy bien cada vez hasta
conseguir que la masa se vaya volviendo más clara y sea muy fina.
Añadir el yogur, el aceite y la
ralladura de limón. Mezclar todo muy bien.
Tamizar la harina con la levadura dos
veces y añadirla a la mezcla de las yemas.
Una vez la masa sea homogénea, añadir las
claras montadas, poco a poco y con movimientos lentos.
Poner la masa en un molde engrasado o de
silicona y meter pronto al horno. No conviene que la masa permanezca parada sin calor mucho tiempo o no
subirá tanto.
Cuando esté lista, abrir la puerta del
horno un poco para que se vaya algo de calor y el cambio de temperatura al
sacarlo no sea tan grande o se nos bajará.
Pasados unos 10 minutos, sacar el molde
del horno. Desmoldar y pasar el bizcocho a una rejilla para que acabe de enfriar.
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