Las tardes grises de lluvia siempre me sugieren la idea de meterme en la cocina y hacer galletas. La tarde del sábado pasado fue una de ésas porque ¡vaya lo que llovió!, pero no me fui a las galletas, esta vez, quise probar a hacer los vasitos de chocolate utilizando como moldes unos globos, - que era uno de los proyectos que tenía en mi lista de espera-, y .... bueno, bueno, bueno.... no veáis la que monté.
Empecé por inflar los globos y ya me dí cuenta de mi primer error: eran demasiado grandes. Tenía que haber comprado de los de agua que son chiquititos y queda el vasito más pequeño, así que a los míos le tuve que dar la categoría de cuencos, que era más apropiada.
La técnica es: fundir el chocolate, meter la mitad del globo en él haciendo un poco de presión, escurrirlo, dejarlo enfriar, pinchar el globo y con muuuuucho cuidado retirarlo despegándolo del chocolate y ya tenemos nuestros vaso/cuenco, ... parece fácil ¿no?
Segundo error: una vez fundido el chocolate, no lo dejé enfriar lo suficiente y al meter el globo ¡¡ploff!! además del susto que me llevé, todo lo que había cerca, -yo incluída, of course-, se pringó de chocolate. Solución: ser más paciente y dejar enfriar sólo un poquito más.
Tercer error: Metes el globo en el chocolate y escurres, sí, peeeeero al escurrir, la capa de chocolate queda muy fina, con lo cual al enfriar y pinchar el globo, simplemente al ir deshinchándose, sin tocarle ni nada, el chocolate se va rompiendo a trocitos según va saliendo el aire y se te queda una cara de póquer que no veas.
Solución: no pinchar el globo hasta darle varias capas de chocolate, lo cual implica bañar de chocolate-enfriar, bañar de chocolate-enfriar, así al menos tres veces, o ir poniendo el chocolate a cucharadas todo alrededor y que luego quede un vaso/cuenco super feo.
Solución: no pinchar el globo hasta darle varias capas de chocolate, lo cual implica bañar de chocolate-enfriar, bañar de chocolate-enfriar, así al menos tres veces, o ir poniendo el chocolate a cucharadas todo alrededor y que luego quede un vaso/cuenco super feo.
Excuso deciros que me llevó su buen tiempo todo el proceso y que los cuenquitos no quedaron muy perfectos, más bien quedaron bastante irregulares, pero como hacer esas cosas, a mi aire, sin prisa y sin presión me entretiene y me desestresa un montón y, por otro lado, hasta que lo consigo no paro, hoy os presento el resultado final de mis desvelos sabatinos.
Al día siguiente ya sólo tuve que rellenarlos con frambuesas, fresas y nata.
Ingredientes (para 6
cuencos):
-
250
gr de chocolate VALOR 70%
-
200
ml de nata para montar
-
3 cucharadas
de azúcar
-
250
gr de fresas tamaño mediano
-
125
gr de frambuesas
-
Azúcar
glass para espolvorear
-
Globos
de agua ya lavados y secos
Preparación:
Cortar
el chocolate en trozos y fundirlo al baño María o en el microondas por espacios
de 30 segundos.
Mientras
enfría un poco, inflar los globos. Rociarlos con un poquito de aceite de
girasol para facilitar su desmoldado.
Sumergir
los globos en el chocolate hasta la mitad, haciendo un poco de presión hacia el
fondo.
Dejarlos
escurrir y depositarlos sobre una hoja de papel de hornear.
En
cuanto enfríen pasarlos a la nevera y dejarlos una media hora.
Sacarlos
de la nevera y con unas tijeras cortar la punta del globo, donde está anudado,
con un corte muy pequeño para que vaya deshinchándose lentamente.
Con
mucho cuidado, ir separando el globo del chocolate hasta retirarlo del todo.
Lavarlas
fresas y las frambuesas y secarlas. Reservar algunas para adornar y el resto
cortarlas en trocitos pequeños y llenar los cuencos con ellas.
Montar
la nata con las tres cucharadas de azúcar y mezclar con la fruta troceada en
los cuencos.
Adornar
con las fresas y las frambuesas reservadas.
Espolvorear
con azúcar glass.
Meter
en la nevera hasta el momento de servir.
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