martes, 26 de mayo de 2015

Tarta de chocolate blanco

Ya tardaba en poner algo con chocolate jaja

Esta receta me la pasó otra gran aficionada a la repostería, Andrea, que es toda una artista, con la que me encanta poder compartir experiencias culinarias porque se que lo vive con tanto interés como yo. 

La receta se publicó en el primer número de la revista Lecturas Postres, que yo me perdí, así que Andrea, que la tenía, me la facilitó hace ya tiempo, pero no me había puesto con ella hasta ahora.

Es una tarta riquísima y suave, nada empalagosa para lo que yo creía que sería al llevar chocolate blanco. La presentación queda muy vistosa así que, con poquísimo trabajo, podéis lograr que os hagan la ola en cualquier fiesta donde la presentéis.

(Un besito Andrea)












Ingredientes:

1 paquete de galletas María 
70 gr de mantequilla
400 gr de chocolate blanco
100 gr de azúcar
400 ml de nata para montar
4 claras de huevo
6 hojas de gelatina
50 gr de virutas de chocolate
20 gr de almendra fileteada

Preparación:

Triturar las galletas con la picadora y mezclarlas con la mantequilla disuelta. Forrar con la masa el  fondo de un molde desmontable y presionar con los dedos o con una cuchara hasta que quede uniforme. Meter el molde en el frigorífico.


Hidratar las hojas de gelatina 5 minutos en agua fría.

Mientras tanto, calentar la mitad de la nata en un cazo.

Escurrir la gelatina,  mezclarla con el chocolate  troceado y verter sobre ellos la nata caliente. Remover hasta que se disuelva todo y dejar enfriar aparte.




Montar el resto de la nata y añadirla a la preparación anterior cuando se haya enfriado.




Montar las claras a punto de nieve con el azúcar. Agregarlas a la mezcla anterior a mano con cuidado para que no se bajen.







Verter toda esta preparación en el molde sobre la base de galleta.




Dejarla en el frigorífico tapada con film durante cuatro horas mínimo.




Desmoldar la tarta, pasarla al plato y decorarla con las almendras y las virutas de chocolate.

Las virutas se hacen fácilmente con un pelador de patatas y con el chocolate ligeramente tibio metido unos segundos en el microondas.






Servirla muy fría









viernes, 22 de mayo de 2015

Copas de yogur con fresas

Como no siempre los postres tienes que ser complicados para conseguir una buena presentación en la mesa, se me ocurrió que voy a crear una sección de postres rápidos de ésos de los que echar mano cuando estamos apuradas o no tenemos muchas ganas de estar en la cocina demasiado tiempo.

La receta de hoy no tiene nada que pensar ni mucho trabajo que hacer, con sólo tres ingredientes, podemos hacer un postre  ligero, económico y refrescante, ahora que ya va haciendo su aparición en calorcito.

Vamos a por él.







Ingredientes para dos copas:

2 yogures griegos

8 fresas de tamaño mediano

Un chorrito de miel


Preparación:

Lavar y cortar las fresas en trozos pequeños

Vaciar el yogur en la copa

Añadir las fresas troceadas

Regar con un chorrito de miel

Adornar con una fresa laminada



martes, 19 de mayo de 2015

Tarta de crema de mantequilla

La crema de mantequilla o buttercream es una crema que se utiliza mucho en repostería para cubrir o rellenar pasteles. Actualmente ha alcanzado un enorme auge gracias a los cupcakes ya que sirve para su decoración. Es básicamente una mezcla cremosa de mantequilla y azúcar glass con leche y alguna esencia para darle sabor, si se desea. Hay muchas maneras de prepararla e incluso hay quien sustituye la mantequilla por queso crema para hacerla más ligera.

Ayer preparé la tarta que hoy os presento. Fue el cumpleaños de mi cuñada y quise hacer una tarta diferente así que elegí la de buttercream. Una delicia de sabor y una textura finísima. 

Es laboriosa, no tanto por la técnica en sí misma, sino por todos los pasos que lleva pero os digo una cosa: hace sólo un par de años me hubiera muerto de la risa si alguien me dice que yo iba a hacer un postre así algún día. No soy ninguna experta pero sí que soy una aprendiz incansable, o sea que ya lo sabéis,  es cuestión de ponerle ganas y practicar un poco, los resultados vienen solos.







Ingredientes:

Para el bizcocho genovés:
6 huevos
240 g de azúcar
200 g de harina
40 g de maicena
Una pizca de sal

Mezclar los huevos con el azúcar y batirlos con batidora de varillas durante 10 minutos a velocidad máxima.




Añadir la harina tamizada con la sal, a cucharadas, y mezclar con mucho cuidado a mano para que la masa no pierda aire.




Cubrir el fondo y las paredes de un molde desmontable con papel de hornear y verter en él  la preparación.
Meter al horno precalentado a 180º, calor arriba y abajo, durante unos 30 minutos o lo que se necesite según cada horno.




Cuando esté, abrir la puerta del horno un poco para que vaya enfriando lentamente. Sacar el molde y dejar enfriar, sin desmoldar, unos quince minutos. Después desmoldar y dejar que acabe de enfriar sobre una rejilla. Darle la vuelta de modo que la parte de abajo será la parte superior de la tarta.




Para la buttercream o crema de mantequilla:

250 g de mantequilla a temperatura ambiente
250 g de azúcar glass
4 cucharadas de leche entera
1 cucharadita de esencia de vainilla

Tamizar el azúcar glass, agregar la mantequilla y la leche. 


Batir con batidora primero despacio y cuando se hayan integrado los ingredientes, añadir la vainilla, subir a velocidad alta y seguir batiendo unos 7 minutos hasta que la textura sea cremosa.




Para el almíbar:

200 ml de agua
Cuatro cucharadas de azúcar
Una copa de ron.
Poner el agua en un cazo al fuego con el azúcar. Cuando hierva, añadir el ron y dejar hirviendo a fuego bajo unos ocho minutos.


Para las rosas de fondant:

Hacer con un trozo de fondant un cilindro delgado. Cortar primero un trozo de unos tres cm y nueve trozos más de 1 cm aproximadamente.


Meter dentro de una bolsa de plástico (puede ser una para congelar alimentos) el primer trozo y aplastarlo a lo largo. Sacarlo e ir enrollándolo sobre sí mismo hasta formar un pequeño capullo con su base.

Con los demás trozos formar bolitas. Meterlas dentro del plástico  y aplastarlas con el dedo haciendo un círculo, afinando el borde de la mitad de ese círculo más que el resto para que forme el pétalo. 




Colocar uno a cada lado del capullo, montando los bordes del segundo sobre los del primero.




Ahora pondremos tres pétalos más. Se introduce un borde por dentro del anterior y se deja libre el otro lado para que se pueda meter por debajo el borde del siguiente. Y así sucesivamente hasta acabar con todas las bolitas. Se dobla el pétalo un poco hacia afuera.





Al final estiramos el fondant  que sobra por debajo de la rosa y lo cortamos y ya está lista para poner sobre el pastel.



Montaje de la tarta:

Una vez frio el bizcocho, lo cortamos con una lira o un cuchillo bien afilado en tres discos.

 

Pincelamos con el almíbar el disco de la base y lo rellenamos con la buttercream y algunas almendras fileteadas.


Sobre él colocamos el siguiente y repetimos todo el proceso.






Finalmente colocamos el último. Lo pincelamos un  poco sin empaparlo demasiado y lo cubrimos con buttercream por encima y por los laterales.




Ponemos almendra fileteada todo alrededor y colocamos las rosas de fondant sobre él.




Podemos dejarlo así o escribir algo con un poco de chocolate fundido o poner también almendras o cualquier otro adorno, eso a gusto de cada cual.












martes, 12 de mayo de 2015

Tarta Tatín

Esta tarta, orgullo de la repostería francesa, fácil y de bonita presentación (y ya no digamos sabor), es una tarta de manzana pero al revés, es decir, se caramelizan las manzanas previamente en un recipiente sobre el fuego, en una mezcla de mantequilla y azúcar y luego se tapan con masa de hojaldre y se termina de hacer en el horno. Al desmoldar, la masa de hojaldre queda debajo y las manzanas caramelizadas sobre ella.

A mí me gusta conocer, si ello es posible, el origen o la historia de los postres. En este caso, como en muchos otros, existen diferentes versiones: la primera que conocí decía que la madre de las hermanas Tatín les pidió que hicieran una tarta de manzana, éstas se equivocaron y pusieron las manzanas al fuego sin el hojaldre y cuando se dieron cuenta de su error, rectificaron y colocaron el hojaldre sobre las manzanas, dándole la vuelta, y así nació.

Buscando más información, encontré otra versión, la más popular, que habla de que estas dos hermanas, Stéphanie y Caroline, regentaban un hotel, el hotel Tatín, en Lamotte-Beuvron, en el valle del Loira (que actualmente sigue abierto) y un día, cuando una de las hermanas preparaba una tarta de manzana,  tuvo un despiste y cuando se dio cuenta, se habían cocido demasiado llegando a caramelizarse así que, para salvar la tarta, la taparon con la masa. Esa tarta, al haberse caramelizado las manzanas, tuvo un gran éxito entre la clientela y se hizo tan popular que llegó a oídos del propietario de un exclusivo restaurante de París que viajó hasta el hotel de las hermanas Tatín,  se llevó consigo la receta a París y la hizo famosa, bautizándola con el nombre de sus creadoras.

Y una tercera versión, menos romántica pero, a mi juicio, bastante más probable, es que simplemente se trata de una tarta "invertida" como muchas de las que se preparaban en aquella época, finales del siglo XIX y principios del XX. Parece ser que era muy común cocinar las tartas sobre el fuego de la cocina puesto que, o no había hornos o apenas se utilizaban en las cocinas, entonces se cocía la tarta en una cacerola al fuego y se tapaba, así la fruta se iba impregnando del sabor de los líquidos en su propio jugo, mientras que la masa se cocinaba y quedaba crujiente gracias a unas ascuas que se colocaban sobre la tapa del recipiente.

En fin, quedaros con la versión que más os guste.

En cuanto a mi experiencia al prepararla tengo que deciros varias cosas:

1) Que el molde debe ser adecuado para cocina y horno. Yo, como tengo inducción, tuve un buen problema puesto que ninguno de mis moldes me valía, sólo los desmontables, pero en esos no podía hacerla porque se salía el líquido, así que opté por prepararla en una tartera normal, de acero inoxidable, adecuado para inducción, pero no fue lo ideal porque las paredes eran excesivamente altas. Aún así, la tarta salió.

2) Clase de manzanas: yo utilicé la Granny Smith (blandas pero bien el sabor ácido que le dan), en otra utilicé la Fuji (más dulce y también carnosa) y finalmente la Golden (la más consistente y mi favorita para este postre, a mí que me gusta más lo dulce que lo ácido). No recomiendo la variedad reineta, es demasiado harinosa para esta preparación.

Y por último otra cosa, yo no caramelicé demasiado las manzanas porque temía que se me pegasen al fondo, lo cual fue un error porque hubieran quedado aún más ricas y había líquido de sobra. Así que ya sabéis, dejad que vayan tomando un poco de color antes de apartarlas del fuego.

Después de toda esta literatura vamos con la receta.






Ingredientes:

175 gr de mantequilla

175 gr de azúcar

8 a 10 manzanas (según tamaño)

Canela en polvo (opcional)

Una plancha de hojaldre (vale el del super)

Zumo de limón para rociar las manzanas


Preparación:

Pelar las manzanas y cortarlas en cuartos quitándoles todas las semillas.

Rociarlas con zumo de limón para que no se oxiden.




Poner la mantequilla cortada en trozos en un molde redondo de paredes altas (como los desmontables pero sin ser desmontable) que pueda utilizarse en cocina y horno.

Dejar que se vaya derritiendo a fuego bajo.




Cuando se haya derretido, añadir el azúcar en forma de lluvia por todo el fondo del molde.




Dejar que vaya adquiriendo color miel y entonces  ir colocando los cuartos de manzana bien apretados unos contra otros, con la parte redondeada hacia abajo (esa va a ser luego la superficie de la tarta acabada). Rellenar todos los huecos que van quedando con trozos de manzana más pequeños. Una vez cubierto todo el fondo del molde podemos seguir poniendo otro piso de manzanas encima, rellenando todos los huecos. Y cuando nos parezca que es suficiente, aún podemos poner un poco más.

 Esta tarta es bonita si lleva mucha manzana porque luego va soltando jugo y reduciéndose y se queda en mucha menos cantidad. Y lo ideal es que quede jugosa.





Una vez colocadas todas las manzanas ponemos unos trocitos pequeños de mantequilla por toda la superficie y espolvoreamos con azúcar y canela (opcional).

Ponemos el molde de nuevo al fuego a temperatura media-baja, (en mi cocina de inducción hasta 10, la puse al 4).  Dejamos que se vaya haciendo ella sola durante 30 ó 40 minutos sin tocarla ni taparla.

Pasado ese tiempo retiramos del fuego y dejamos enfriar un poco.

Extendemos el hojaldre en una superficie enharinada. Hacemos un círculo de diámetro un poco mayor que el molde (el mío era cuadrados y le corté las esquinas).




Cubrimos el molde con el hojaldre metiendo los extremos hacia dentro todo alrededor. Lo pinchamos con un tenedor o cuchillo para que no se infle.





Horneamos a 180º durante unos 30 minutos o hasta que el hojaldre esté cocido y tome color.



Sacamos del horno. Dejamos templar un poco y desmoldamos sobre el plato donde lo serviremos, porque si lo dejamos enfriar se solidifica el caramelo y luego no habría manera.

 Si al desmoldar se queda pegado al fondo del molde algún trozo de manzana, lo retiráis con cuidado y lo colocáis tan ricamente en su hueco correspondiente.




El líquido de manzana caramelizada que suelta es delicioso.




Mandan los cánones que esta tarta se sirva templada y si se desea acompañada de  helado de vainilla o nata montada. Yo la he comido fría de la nevera tal cual, sin nada más, y estaba de vicio.