Estamos en tiempo de fresas y hay que aprovecharlas antes de que se acaben. Además de lo ricas que son, tienen un color que hace que cualquier postre sea todavía más atractivo.
En esta receta la clave son las tulipas porque las fresas con nata no tienen ninguna dificultad. Tengo que decir que las tuve que repetir porque en la primera tanda se me rompieron varias. Son tan finas y delicadas que, como te despistes un poquito, se enfrían y ya no hay manera de darles forma sin cargártelas. Claro que luego te pones morada comiéndote los trocitos, que están de vicio, pero vaya, que para meter dentro las fresas con la nata tienen que estar bien enteritas.
Finalmente conseguí mi propósito y pude acabar mi rico postre a tiempo.
Ingredientes:
125 gr de azúcar glass
125 gr de harina
125 gr de mantequilla a
temperatura ambiente
3 claras de huevo
200 gr de fresas
200 ml de nata para montar
3 cucharadas rasas de
azúcar para la nata
Preparación:
Mezclar el azúcar glass
con la harina.
Añadir las claras una a una y mezclar bien.
Por último añadir la mantequilla y mezclar hasta conseguir una pasta homogénea
Poner un papel de hornear
sobre una bandeja y con una cuchara hacer círculos con la masa de unos veinte
cm de diámetro.
Hornear a 180º unos ocho
minutos hasta que se doren las formas por los bordes.
Retirar del horno y antes
de que se enfríen colocar cada círculo en un vaso puesto boca abajo para darle forma. Esto hay que hacerlo
muy rápido porque se enfrían enseguida y entonces se romperán con mucha
facilidad. Dejarlas enfriar en esa posición.
Montar la nata con el azúcar.
Lavar y cortar las fresas. Mezclarlas con la nata.
Rellenar las tulipas con
la mezcla y adornar con una fresa entera o al gusto.
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