La crema de mantequilla o buttercream es una crema que se utiliza mucho en repostería para cubrir o rellenar pasteles. Actualmente ha alcanzado un enorme auge gracias a los cupcakes ya que sirve para su decoración. Es básicamente una mezcla cremosa de mantequilla y azúcar glass con leche y alguna esencia para darle sabor, si se desea. Hay muchas maneras de prepararla e incluso hay quien sustituye la mantequilla por queso crema para hacerla más ligera.
Ayer preparé la tarta que hoy os presento. Fue el cumpleaños de mi cuñada y quise hacer una tarta diferente así que elegí la de buttercream. Una delicia de sabor y una textura finísima.
Es laboriosa, no tanto por la técnica en sí misma, sino por todos los pasos que lleva pero os digo una cosa: hace sólo un par de años me hubiera muerto de la risa si alguien me dice que yo iba a hacer un postre así algún día. No soy ninguna experta pero sí que soy una aprendiz incansable, o sea que ya lo sabéis, es cuestión de ponerle ganas y practicar un poco, los resultados vienen solos.
Ingredientes:
Para el bizcocho genovés:
6
huevos
240
g de azúcar
200
g de harina
40
g de maicena
Una
pizca de sal
Mezclar
los huevos con el azúcar y batirlos con batidora de varillas durante 10 minutos
a velocidad máxima.
Añadir
la harina tamizada con la sal, a cucharadas, y mezclar con mucho cuidado a mano
para que la masa no pierda aire.
Cubrir
el fondo y las paredes de un molde desmontable con papel de hornear y verter en
él la preparación.
Meter
al horno precalentado a 180º, calor arriba y abajo, durante unos 30 minutos o
lo que se necesite según cada horno.
Cuando
esté, abrir la puerta del horno un poco para que vaya enfriando lentamente.
Sacar el molde y dejar enfriar, sin desmoldar, unos quince minutos. Después
desmoldar y dejar que acabe de enfriar sobre una rejilla. Darle la vuelta de modo que la parte de abajo será la parte superior de la tarta.
Para la buttercream o crema
de mantequilla:
250
g de mantequilla a temperatura ambiente
250
g de azúcar glass
4
cucharadas de leche entera
1
cucharadita de esencia de vainilla
Tamizar
el azúcar glass, agregar la mantequilla y la leche.
Batir con batidora primero
despacio y cuando se hayan integrado los ingredientes, añadir la vainilla, subir
a velocidad alta y seguir batiendo unos 7 minutos hasta que la textura sea cremosa.
Para el almíbar:
200
ml de agua
Cuatro
cucharadas de azúcar
Una
copa de ron.
Poner
el agua en un cazo al fuego con el azúcar. Cuando hierva, añadir el ron y dejar
hirviendo a fuego bajo unos ocho minutos.
Para las rosas de fondant:
Hacer
con un trozo de fondant un cilindro delgado. Cortar primero un trozo de unos
tres cm y nueve trozos más de 1 cm aproximadamente.
Meter
dentro de una bolsa de plástico (puede ser una para congelar alimentos) el
primer trozo y aplastarlo a lo largo. Sacarlo e ir enrollándolo sobre sí mismo
hasta formar un pequeño capullo con su base.
Con
los demás trozos formar bolitas. Meterlas dentro del plástico y aplastarlas con el dedo haciendo un círculo,
afinando el borde de la mitad de ese círculo más que el resto para que forme el
pétalo.
Colocar uno a cada lado del capullo, montando los bordes del segundo sobre los del primero.
Ahora
pondremos tres pétalos más. Se introduce un borde por dentro del anterior y se
deja libre el otro lado para que se pueda meter por debajo el borde del siguiente.
Y así sucesivamente hasta acabar con todas las bolitas. Se dobla el pétalo un poco hacia afuera.
Al
final estiramos el fondant que sobra por
debajo de la rosa y lo cortamos y ya está lista para poner sobre el pastel.
Montaje de la tarta:
Una
vez frio el bizcocho, lo cortamos con una lira o un cuchillo bien afilado en
tres discos.
Pincelamos
con el almíbar el disco de la base y lo rellenamos con la buttercream y algunas
almendras fileteadas.
Sobre
él colocamos el siguiente y repetimos todo el proceso.
Finalmente colocamos el último. Lo pincelamos un poco sin empaparlo demasiado y lo cubrimos con buttercream por encima y por los laterales.
Ponemos
almendra fileteada todo alrededor y colocamos las rosas de fondant sobre él.
Podemos dejarlo así o escribir algo con un poco de chocolate fundido o poner también almendras o cualquier otro adorno, eso a gusto de cada cual.
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