jueves, 13 de diciembre de 2018

Tarta de mandarina y queso







Hoy os traigo una tarta refrescante, la última del año antes de meterme a preparar la artillería de Navidad. Como ahora tenemos mandarinas por doquier hay que aprovechar la época para hacer mermeladas, bizcochos y tartas con esta exquisita y aromática fruta.

La fuente es la revista Lecturas Postres, a la que ya sabéis que soy tan aficionada, pero yo la modifiqué en algunas cosas: le puse menos nata y más leche condensada y también recomiendo poner menos galleta porque a mí me quedó la base demasiado gruesa y me gusta más fina. También sugiero que si las mandarinas que vayáis a usar no son demasiado dulces, le pongáis un poco de azúcar al zumo y estará más sabroso.

Me divertí mucho haciendo esta tarta. Siempre suelo trabajar sola en mi cocina, a mi aire,  y me gusta, pero en esta ocasión conté con la ayuda de mi hija y juntas pasamos un buen rato. 

La tarta nos salió muy rica.


Ingredientes:


125 gr de galletas María
50 gr de mantequilla
200 gr de queso para untar
1 bote de leche condensada (370 gr)
200 ml de nata líquida
150 ml de zumo de mandarinas dulces
4 hojas (8 gr.) de gelatina

Para la cobertura:
2 hojas de gelatina
gajos de mandarina para adornar
180 ml de zumo de mandarinas dulces




Preparación:

Triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla disuelta. Forrar un molde desmontable y reservar en la nevera.


Mezclar en un recipiente el queso, la leche condensada y la nata.



Hidratar cuatro hojas de gelatina en agua fría unos 5 minutos.
Calentar un tercio del zumo de mandarina y disolver en él las hojas de gelatina ya hidratadas y bien escurridas. Revolver hasta que se disuelvan bien.
Agregar el resto del zumo y luego echarlo poco a poco a la preparación del queso.


Echar esta mezcla en el molde y dejar reposar mínimo una hora en la nevera para que cuaje.
Una vez haya cuajado, hidratar 2 hojas de gelatina en agua fría, 5 minutos.
Calentar el zumo de mandarina  y añadirle la gelatina cuando esté hidratada bien escurrida. Revolver para que se disuelva.
Repartir los gajos de mandarina por toda la superficie de la tarta creando un adorno a vuestro gusto.



Verter encima la cobertura  de gelatina preparada.
Dejar cuajar en la nevera hasta el día siguiente.
Nota: si las mandarinas no son muy dulces añadir al zumo un poco de azúcar al gusto.




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