Volviendo a la repostería portuguesa, hoy le toca a las berlinesas o Bolas de Berlim en portugués. Calóricas y prohibitivas donde las haya pero deliciosas, y si encima están calentitas, con un café, ya es para poner los ojos en blanco.
No es que sea precisamente un postre del país vecino, -que no lo es-, pero se pueden encontrar en muchas pastelerías portuguesas.