La crema catalana es uno de mis postres favoritos. Lo que más me gusta es esa película de azúcar quemado con su sabor tan especial. Me encanta.
Bien pues, esta tarta es muy parecida, yo diría que tiene un gusto más "discreto" pero igualmente delicioso. La encontré por casualidad navegando sin rumbo fijo por el Pinterest y me enamoró su aspecto, así que me fui a la web que la publicó que es "Cupcakelosophy.com" y de allí la saqué.
No quise quemar el azúcar porque aún no había puesto a punto mi nuevo soplete de cocina, que todavía tenía sin carga de gas y como, para variar, tenía prisa, no quise pararme, pero estoy segura que eso le habría dado dos o tres puntos más a esta ricura.
Sea como fuere, es una tarta rápida de preparar, (aunque necesita tiempo de refrigerado hasta que la gelatina cumpla su función), y muy fácil de decorar como podéis ver.
Ingredientes:
200 gr. de galletas Napolitana
80 gr. de mantequilla
1 litro de leche entera
8 yemas de huevo
45 gr de Maizena
200 gr. de azúcar blanco
la piel de un limón
1 palo de canela
8 hojas de gelatina neutra
canela en polvo y azúcar moreno para decorar
Preparación:
Trocear muy bien las galletas y mezclarlas con la mantequilla derretida hasta formar una pasta que colocaremos en la base de un molde desmontable que previamente habremos forrado con papel vegetal. El mío es el de silicona y cerámica de Lekué y no necesita nada.
Meter en la nevera mientras preparamos el relleno.
Poner a hidratar las hojas de gelatina en un bol con agua fría y reservar 250 ml de leche.
En un cazo, calentar la leche restante con la piel del limón y el palo de canela.
Mezclar las yemas con el azúcar.
En un bol mezclar un poco de leche junto con la Maizena para disolverla y añadirla al otro bol donde tenemos las yemas con el azúcar. Batir con unas varillas.
Por otro lado, calentarla leche reservada en el micro, escurrir la gelatina y añadirla a la leche caliente. Remover para que se deshaga bien y reservar.
Cuando la leche empiece a hervir, retirar el cazo del fuego y verter una poca sobre la crema de yemas y azúcar y batir enérgicamente. Una vez ya estén bien mezcladas, echarla mezcla de nuevo en el cazo donde está la leche y seguidamente añadir la otra mezcla de leche y gelatina. Dejar cocer a fuego medio hasta que espese.
Retirar la piel del limón y la canela y una vez haya enfriado la mezcla, echarla en el molde que tenemos en la nevera. Cubrir con papel film y meterla otra vez en la nevera unas horas hasta que endurezca o congelarla si se prefiere.
Para decorar, podéis espolvorearla con azúcar y quemarlo con un soplete, o simplemente espolvorearla con un poco de canela molida y azúcar moreno como hice yo.
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