Otra delicia de postre fresquito y apetitoso para después de una comida que, aunque parezca que con la nata va resultar pesado, no lo es.
Muy rápido de preparar, incluso con antelación, y vistoso para presentar en la mesa. Suele gustar a todo el mundo y si alguien lo prefiere sin nata es cuestión de no ponérsela, pero le va requetebien.
Haced la prueba, servidlo junto con cualquier otro postre y veréis como todo el mundo se lanza a por éste y es que baja como la seda precisamente por lo refrescante que resulta.
Eso sí, servidlo siempre muy frío.
Ingredientes:
- 1 piña mediana
- 200 ml
de nata para montar
- 3 ó 4
cucharadas de azúcar
- 1 cucharada
de ron
- 1
cucharadita de Maizena
Preparación
Cortar la piña por la mitad y
separar la pulpa de la corteza.
Desechar la parte del tronco
que es dura y el resto cortarlo en trocitos pequeños. Reservar dos o tres para
decorar.
Limpiar bien el interior con
una cucharita o un sacabolas para aprovechar toda la fruta.
Dejar escurrir la fruta en un
bol para obtener el jugo del interior.
Desleir la cucharadita de Maizena
en un poco del jugo de la piña y poner el resto a calentar.
Cuando quiera hervir, bajar el
fuego y añadir la maicena y el ron y dejar cociendo unos minutos a temperatura
media hasta que empiece a espesar.
Dejar enfriar.
Mezclar la fruta troceada con
el ron y el jugo de la piña.
Rellenar las mitades de la piña
con la mezcla.
Montar la nata con el azúcar.
Meterla en una manga pastelera y decorar al gusto con los trocitos de piña
reservados.
Si prefieres otra decoración
puedes utilizar almendra crocanti, frambuesas, hilos de chocolate o caramelo ……
Servir muy fría.
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