¿Sabíais que los arándanos con unos grandes aliados de las mujeres? Entre sus múltiples propiedades, están muy aconsejados para prevenir las incómodas cistitis así como las molestias gastrointestinales.
Tienen poder antioxidante y ayudan a fortalecer el colágeno, que tanta falta nos hace. También ayudan a potenciar algo tan importante como el rendimiento del cerebro y la concentración. Un puñadito por la mañana y otro por la noche nos serán de clarísima eficacia.
Ingredientes:
50 gr de mantequilla
125 de galletas tipo
Digestive
150 gr de arándanos azules
150 gr de azúcar y 3 cucharadas
adicionales
400 gr de queso
philadelphia
250 gr de queso mascarpone
2 huevos grandes y una
yema más
1 cucharadita de esencia
de vainilla
2 cucharadas de harina
tamizada
Para la salsa:
100 gr de arándanos azules
1 cucharada de azúcar
1 chorrito de zumo de
limón
Preparación:
Precalentar
el horno a 180º.
Triturar
las galletas y mezclarlas con la mantequilla derretida. Forrar la base de un
molde desmontable de 20 cm. (El mío era desmontable pero en forma de corazón porque era un día especial)
Colar
la mezcla y ponerla en un cazo a fuego lento de 3 a 5 minutos, hasta que
espese. Reservar.
Meter
en la batidora el resto del azúcar, los quesos y los ingredientes restantes.
Mezclar bien.
Verter
la masa sobre la base de galleta y alisar la superficie con una espátula.
Repartir
la mezcla de arándanos sobre la masa y, con una brocheta, hacer remolinos para
que forme un dibujo.
Forrar
los lados exteriores del molde con papel de aluminio. Meter el molde en otro recipiente
mayor, con agua que alcance hasta la mitad del molde y meter al horno al baño
María.
Hornear
40 minutos hasta que la masa esté firme pero algo blanda. Apagar el horno y dejar
la puerta abierta.
Transcurridos
unos minutos retirar el aro del molde. Con ayuda de pos palas o dos espátulas
pasar el pastel al plato donde se va a servir y dejar enfriar bien.
Entre
tanto, poner en un cacito a fuego lento todos los ingredientes de la salsa.
Remover de vez en cuando hasta que se disuelva el azúcar. Pasar a una jarra de
servir y meter en la nevera.
En
el momento de servir, poner un trozo de tarta regado con un chorrito de la
salsa de arándanos.
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