Este es un trenzado con un aspecto similar a la famosa rosca de yema de La Guardia, pero no sólo el aspecto se le parece sino también el sabor. Encontré la receta en la página de "Uno de Dos" y me impuse el reto de hacerla. Creí que sería más complicado pero afortunadamente no lo fue. Teniendo más o menos controlada la técnica del roscón, el añadir la yema no es ningún problema. A veces, lo que a priori parece más sencillo es lo que luego nos trae más de cabeza, y viceversa, por eso siempre digo que hay que probar a hacerlo antes de rendirse.
Quería hacer una rosca pero me quedé corta en cantidades y no me dio más que para un trenzado. Tratándose de mi primera vez con esta receta pensé que sería suficiente para ver qué tal me salía.
Ahí está el resultado:
Ingredientes para el fermento:
125 g de
harina de fuerza
100 ml de
agua
20 g de
levadura de panadería
Mezclar
todos los ingredientes y dejar reposar en sitio cálido una hora.
Ingredientes para el glaseado:
100 g de
azúcar
100 ml de
agua
Hervir la
mezcla durante unos minutos hasta que espese un poco. Reservar.
Ingredientes para la yema:
6 yemas
100 g de
azúcar
40 ml de
agua
Poner el
azúcar con el agua en un cazo y llevar a hervor. Dejar que hierva durante unos
minutos hasta que espese (cuando al levantar la cuchara, la gota cae
lentamente). Dejar templar un poco.
Romper
las yemas e ir añadiéndole el almíbar en forma de hilo sin dejar de remover.
Poner el
cazo al fuego, a baja temperatura y dejar que vaya espesando sin parar de remover.
Retirar
del fuego, dejar enfriar y reservar en el frigorífico tapado con film sin dejar
nada de aire (que el film toque la yema).
Ingredientes para la masa:
200 g de
harina de fuerza
5 g de
levadura de panadería
El
fermento previo que tenemos preparado
Un huevo
grande
30 ml de
anís
75 g de
azúcar
5 g de
sal
50 g de
mantequilla en punto pomada
Azúcar y
huevo para adornar
Hacemos un
volcán con la harina y en el centro vamos echando los demás ingredientes
excepto la mantequilla que la dejaremos para el final. Mezclarlo todo bien y
amasar a mano, con energía, durante unos diez minutos hasta que la masa esté suave y
no se pegue a las manos.
Formar
una bola y ponerla tapada en un bol en sitio cálido (o en el horno precalentado
a 50º y apagado). Dejarla levando una hora.
Pasado ese tiempo sacarla
del bol y desgasificarla amasándola ligeramente. Dividirla en dos partes.
Con el
rodillo estirar una de las partes formando una especie de rectángulo. Rellenar
con una franja de yema y cerrar
completamente.
Hacer los
mismo con la otra mitad de la masa.
Unir los
dos extremos de las masas y enrollarlas formando un trenzado.
Pincelar con huevo batido y dejar fermentar dentro del horno apagado hasta que duplique su volumen inicial.
Sacar del
horno, pincelar con huevo otra vez, adornar con el resto de la yema .
Meter al
horno precalentado a 180º unos veinte minutos
Cinco
minutos antes de acabar, abrir el horno, pincelar la superficie de la rosca con
el glaseado y poner montoncitos de
azúcar mojados con el anís, formando grumos, por toda la superficie del
trenzado.
Meter al
horno cinco minutos más.
Sacar del
horno y dejar enfriar sobre rejilla.