¡Hola! aquí estoy de nuevo tras este paréntesis desde las navidades. Algunas de vosotras me habéis preguntado qué me pasaba, que no publicaba nada nuevo. No. Por supuesto que no dejé de lado la repostería pero todo lo que hice esta temporada fueron recetas repetidas que ya están en este blog así que no había nada que aportar.
Ahora tengo ganas de hacer una selección de bizcochos, como ya hice con los flanes, y el domingo pasado empecé por ahí. Había decidido darle un descanso al chocolate así que, basándome en una receta que ví en la página de "secocina.com", preparé un bizcocho de nata que parecía muy apetitoso pero......, incorregible que es una, como tenía un poco de chocolate que me había sobrado de otro postre, decidí fundirlo y cubrir el bizcocho con él. Estaba rico (claro, no iba a estarlo llevando chocolate...) pero definitivamente, creo que un bizcocho de nata debe saber a nata no a ninguna otra cosa y hubiera quedado perfecto sin la cobertura que, aunque muy rica, disfraza el sabor.
Lo dejo a vuestra elección.
Ingredientes:
3 huevos
250 g de azúcar
250 ml de nata líquida
300 g de harina
½ sobre de Royal
1 cucharadita de esencia
de vainilla
1 cucharada de ron
1 pizca de sal
Cobertura:
200 g de chocolate Nestlé
Postres Intenso
75 g de mantequilla en
trocitos
Preparación:
Batir los huevos con el
azúcar hasta que blanqueen y aumenten de volumen.
Añadir la nata sin dejar
de batir
Una vez integrada,
incorporar el ron y la vainilla
Tamizar la harina con la
levadura y la sal e ir añadiéndola a cucharadas a la mezcla
Meter al horno
precalentado a 180 º unos 40 min. aproximadamente
Desmoldar y enfriar sobre
rejilla
Mientras enfría, fundir el
chocolate poniéndolo en un troceado en un bol, en el microondas, a temperatura máxima: 30 segundos, sacarlo y revolverlo, meterlo de nuevo
otros 30 segundos y revolverlo otra vez, así hasta que esté todo fundido.
Añadir la mantequilla en
trozos y revolver hasta que se disuelva con el calor del chocolate y se
integre.
Una vez frío el bizcocho,
cubrirlo con el chocolate y dejarlo cuajar en un sitio fresco. No es necesario
meterlo en el frigorífico.
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