Cuánto tiempo sin aparecer por aquí ¿verdad? ni yo misma me lo creo. Y no es que haya perdido interés ni en el blog ni en la repostería, para nada, pero me he pasado el verano repitiendo postres y apenas probando a hacer nada nuevo, eso por un lado; por otro, el calor en verano tampoco ayuda nada a meterse en la cocina y, en tercer lugar, está la playita, ¡¡¡ay mi playita, cuánto tiempo me roba!!!! (y bien robado que está, por cierto).
¡Qué pena que se acabe el calorcito, los días largos, las vacaciones...!, ahora mi playa se ha vuelto gris y saboreo cada rayo de sol como si fuera el último.
Vuelvo a la carga, a encender el horno y llenar la casa de aromas dulces y apetitosos, aunque en el futuro me lo voy a tomar con más calma, no quiero abusar de los dulces, ni que abusen los que están a mi alrededor tampoco, que luego me echan la bronca.
Estoy modificando bastante mi alimentación en algunos aspectos y eso también afecta al azúcar, pero me seguiré pasando por aquí de vez en cuando. Vosotros seguid visitando el blog igualmente que seguro que algo encontraréis.
Estoy madurando otro proyecto, un taller de repostería con amigas, así en plan informal, para pasarlo bien y transmitir en vivo algo de lo que he ido aprendiendo estos años bloqueros.
Podría ser divertido.