La charlotte o carlota es un postre frío, de origen francés, consistente en forrar un molde alto con bizcochos y rellenar el interior con una crema pastelera o una mousse con o sin frutas. Hay muchas variantes de esta receta.
También se puede hacer por capas poniendo una placa de bizcocho en la base, luego la crema o la mousse, otra capa de bizcocho y así sucesivamente hasta acabar siempre con crema o con mousse. Yo le puse bizcochos de soletilla y solamente una capa.
Era el cumpleaños de mi suegra y quise hacerle una tarta bonita. Tenía ésta en la carpeta de "recetas interesantes que algún día haré" y me pareció la ocasión perfecta. Preparé la mousse y la dejé toda la noche en la nevera y por la mañana estaba perfectamente cuajada, así, bien consistente, no ofrece problema ninguno para cortarla y servirla.
La verdad es que me divertí mucho haciéndola, es muy entretenida. Tenía frambuesas, arándanos y fresas. Después de varias pruebas me decidí por estas últimas. Hice unas rosas con tres de ellas y el resto las coloqué cortadas alrededor.
Queda una tarta muy vistosa y elegante con el lazo y encima está muy rica, así que si queréis hacer algún regalo o tenéis alguna celebración, os animo a que la hagáis. Quedaréis como reinas.
Ingredientes:
Bizcochos de soletilla
(unos 35 ó 40 de los delgaditos)
Leche para mojar los bizcochos
1kg de fresas
400 ml de nata para montar
8 hojas de gelatina
100 gr de azúcar
Preparación:
Utilizamos
un molde desmontable y lo forramos con papel film o con una tira de acetato. Yo
usé el de silicona de Lekué que es perfecto porque no necesita nada y luego se
desmolda sin problema.
Cortamos
uno de los extremos de los bizcochos que van a ir alrededor del molde para que
se sujeten mejor de pie.
Echamos
la leche en un bol y vamos mojando la parte de los bizcochos que quedará hacia
el interior del molde (la que no lleva azúcar), sin empaparlos, sólo la
superficie, y los vamos colocando todo alrededor.
Vamos
poniendo también en el fondo del molde hasta forrarlo todo (éstos los podemos
empapar más en la leche). Los bizcochos del fondo ayudan a sujetar también los
de los lados.
Una
vez forrado el molde con los bizcochos, vamos a preparar la mousse, para ello
lavamos y cortamos las fresas, dejando unas pocas para la decoración.
Echamos
las fresas cortadas en un cazo al fuego, con el azúcar y el zumo de medio limón.
Dejamos que se vayan cociendo a temperatura baja, hasta que espese la mezcla
(unos 15 minutos). Seguidamente las trituramos con la batidora.
Escurrimos la gelatina y la añadimos a las fresas revolviendo hasta que se deshaga completamente. Dejamos templar la mezcla.
Entretanto
batimos la nata con las varillas y le añadimos tres cucharadas de azúcar. No es
necesario montarla del todo, cuando las varillas empiezan a dejar marcas en
ella es el punto.
A
continuación añadimos las fresas a la nata y mezclamos todo bien.
Ponemos una parte (la mitad más o menos) de la mousse en el molde.
Seguidamente la cubrimos con bizcochos pasados por leche.
Finalmente ponemos el resto de la mousse. Tapamos con film y a la nevera mínimo 6 horas o de un día para otro.
Cuando ya esté bien cuajada, la sacamos de la nevera y la desmoldamos con cuidado.
La
adornamos al gusto con el resto de las fresas. Podemos hacer unas rosas como
yo, haciendo varios cortes desde la base de la fresa hasta la parte superior.
Como las mías eran muy puntiagudas, les quité la punta y puse en su lugar una
frambuesa.
También
se pueden sustituir las fresas por otras frutas: frambuesas, moras, grosellas…
No quedará ni una miguita
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