¡Ay qué calores estamos pasando estos días! menos mal que los que estamos cerca del mar podemos respirar un poquito mejor porque los que viven tierra adentro.... uffff... no me lo quiero ni imaginar.
Para contrarrestar las altas temperaturas nada mejor que algo fresquito, así que esta vez os presento una flamante tarta helada de galletas Oreo que está soberbia. Exactamente igual que la que vi en el blog de María Lunarillos, que últimamente estoy visitando con más frecuencia de la habitual y siempre descubro recetas estupendísimas.
Tengo varias recetas de tartas heladas y también de helados en espera. Ya os las presentaré si me decido a hacerlas porque son una muy buena opción. Simplemente sacarlas del congelador, cortar un trocito y poner los ojos en blanco, mmmmmm ¡¡¡qué bueno!!!
Ingredientes:
- 2 paquetes de galletas Oreo (250 gr. cada uno)
-
500
ml de nata para montar
-
1
bote de leche condensada (740 gr.)
-
75
gr de mantequilla
Para
el acabado:
-
150
ml de nata para montar
-
Mini
galletas Oreo para adornar al gusto
Preparación:
Para
hacer la base de la tarta, cogemos unas 15
ó 20 galletas, las abrimos,
sacamos el relleno y trituramos el resto. Lo mezclamos con la mantequilla
derretida y forramos la base de un molde desmontable. Metemos a la nevera un
cuarto de hora.
Troceamos
a mano unas 30 galletas (eso a gusto de cada cual, si os gustan muchisísísimo
le ponéis más y el tamaño también es a gusto, yo las partí en trozos medianos)
y reservamos.
Montamos
la nata sin llegar a dejarla muy firme, es mejor que quede algo fluida, (cuando
empieza a hacer los surcos) y le añadimos la leche condensada mezclando
despacio hasta que se integre bien.
Seguidamente
añadimos los trozos de galleta y removemos suavemente hasta que queden
cubiertos por la nata.
Sacamos
el molde de la nevera y volcamos en él la mezcla de helado.
Metemos
el molde en el congelador toda la noche.
Al
día siguiente, montamos el resto de la nata, esta vez tiene que quedar bien
firme.
Sacamos
el molde del congelador y retiramos las paredes flexibles, fijaros que bien queda, se despegan casi solas. (Si tenéis un molde
convencional, pasáis un cuchillo alrededor y retiráis el aro y con ayuda de dos espátulas transportáis la
tarta al plato donde la serviréis).
Con
ayuda de una manga pastelera y una boquilla rizada, adornamos la tarta poniendo
unos rosetones por toda su superficie. Sobre los rosetones de nata colocamos
las galletitas mini Oreo.
Volvemos
a meter al congelador hasta el momento de servir.
MIS NOTAS:
Yo
encontré esta tarta demasiado dulce para mi gusto, por tanto, la próxima vez le
pondré menos leche condensada (con 600 gr creo que será suficiente).
Es
una tarta muy suave que no queda nada dura así que no es necesario sacarla del
congelador un tiempo antes de consumir porque al ponerla a temperatura ambiente
enseguida está perfecta para degustar. Más bien deberéis serviros y meterla
rápido al congelador otra vez y el que quiera repetir (seguro que todos, jaja)
que pida otro trozo y la volvéis a sacar.
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